Al llegar a la oficina que me habían indicado luego de nombrame Tsuchikage, me senté en la silla del kage a mirar el cielo por la ventana que tenía detrás.
Oh, Padre, si estarías aquí podrías ver cúan contenta estoy de haber llegado al rango de Kage. Espero que desde dónde estés, puedas verme.
Después de un rato de ver por la ventana, me quedé dormida sobre el escritorio, aplastando los papeles que había en él.